EL ESPAÑOL ESTÁNDAR

El español o castellano es uno de los idiomas más hablados del mundo. Unos 400 millones de personas lo tienen como lengua materna en muchos países, en especial en Iberoamérica. Tal cantidad de hablantes en tanta variedad de regiones hace que haya muchas formas de concretar el idioma. El español, como otras lenguas, es un diasistema, es decir, un conjunto de dialectos, niveles y estilos de lenguaje que se establecen según la ubicación geográfica, la época, el estrato social y hasta el cambio generacional de los hablantes.

Ante la necesidad de una comunicación global fluida, ya sea por los medios de comunicación, las editoriales y el comercio, se ha visto la necesidad de crear una forma artificial del idioma, a la que se llama español estándar. La misma palabra estándar hace referencia a que se trata de una forma que sirve como tipo, modelo, norma, patrón o referencia del idioma para todos sus usuarios.

Rasgos del español estándar

Los principales rasgos del español estándar son los siguientes: 

• Es un dialecto, o variante del español, de carácter artificial. En otras palabras, nadie habla naturalmente español estándar, sino que lo utiliza en determinadas situaciones comunicativas.

• Se centra en un núcleo de palabras y estructuras gramaticales considerado tradicionalmente correcto por los usuarios de las normas establecidas por instituciones como la Real Academia Española (RAE).

• Pretende ser comprensible para la mayoría, si no la totalidad de hispanohablantes.

Usos y problemas del español estándar

Las principales áreas de uso del español estándar son:

• La educación básica, media y superior sobre el idioma. Se requiere que el docente y el alumnado tengan la capacidad de usar el idioma de forma que puedan comprender textos de diferentes variantes regionales.

• La enseñanza del español como segunda lengua. La estandarización de los libros de texto y otros materiales para enseñar español a extranjeros requiere del uso de un idioma base o modelo.

• Las comunicaciones y publicaciones internacionales o en internet (periódicos, revistas, libros, etc.) Deben adecuarse a lectores del diasistema español.

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