Eufemismo, reticencia, ironía y sarcasmo
Eufemismo: consiste en sustituir un término o frase que tienen connotaciones desagradables o para disimular la vulgaridad o crudeza, mediante el uso de otras palabras menos ofensivas. Es un instrumento que refuerza la doble moral y sirve como atenuador de prejuicios.
Ejemplos:
La tercera edad (la vejez).
La cárcel (centro de detención).
Reticencia: consiste en dejar una frase incompleta o sin terminar de aclararla, señalándola con puntos suspensivos o a través de una fórmula adecuada.
Ejemplo:
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.
Ironía: consiste en dar a entender lo contrario de lo que dice, de tal forma que se comprenda la verdadera intención. Su objeto es burlarse con gracia e ingenio y hacer una censura con sutileza y gracia.
Ejemplo:
—Bueno, pué ¿y por qué no me pegás? Animate...
—Eso querés numás
—Sí, anímate a ver qué tal te va. [...]
Y el corvo de Mingo, cayó de plan sobre los lomos de la pobre Cipriana.
Sarcasmo: es el grado más cruel de la ironía. Es utilizado para burlarse de quienes están sufriendo algún mal, también para hacer mofa de las personas poco gratas.
Ejemplo:
—Ta bueno que te paseso por bruto y por alagartado.
Reflexión: Hay gente que llega a tu vida como una bendición, otros como una lección.
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