viernes, 19 de octubre de 2018

AUDICIÓN Y COMPRENSIÓN DE TEXTOS ORALES

Respecto a escuchar y a hablar, lo primero que hay que destacar es la variedad de situaciones en las que se ejercitan estas funciones y por tanto depende mucho de las circunstancias el hecho de adoptar una u otra actitud, de prestar más o menos atención, de utilizar una u otra estrategia o de ejercitar una u otra habilidad.

Algunas condiciones que condicionan la escucha son:

  • Escuchar y hablar a la vez en presencia de los interlocutores: conversación, diálogo.
  • Escuchar y hablar a la vez sin la presencia física de los interlocutores: teléfono.
  • Escuchar sin ver a los que hablan o actúan: radio, Cd.




El texto oral

La comunicación oral no solo no solo es la más común, sino también la forma básica de expresión. Ha sido usada por los seres humanos desde tiempos inmemoriales; por ello ha sido considerada como un código primario, que ayudó a la trasmisión de costumbres y tradiciones de generación a generación. Las características más sobresalientes de la oralidad son:

  • El canal a través del cual llega el mensaje al receptor es el auditivo.



  • Posee la valiosa ayuda de otro sistema comunicativo, el gestual.




      • Desaparece en el mismo instante de su producción (salvo en las grabaciones) y no existe la posibilidad de volver hacia atrás y repetir exactamente el mensaje, pues la situación comunicativa cambia.


      • La comunicación es bilateral (emisor y receptor comparten la misma dimensión temporal y generalmente también espacial), directa e inmediata.




      Oír y escuchar


      Cuando una persona enfrenta un texto oral como receptor, debe activar un conjunto de estrategias que le ayudan a discriminar la información principal de la inservible; encontrar la cohesión entre las ideas propuestas y valorar la intención del emisor. Para lograr todo esto, el receptor debe escuchar atentamente el texto y cumplir las siguientes normas básicas:

      Escuchar implica:
      • Tener objetivos.
      • Aprovechar el entorno y su información.
      • Retroalimentar a quien nos informa.
      • Estar atentos a otros tipos de signos en el texto.
      Para:
      • Obtener el mejor significado posible del texto.


      La actitud del oyente


      Un buen oyente promueve una relación armónica con su interlocutor a través de actitudes como las siguientes:

      • Manifestar comprensión del discurso.
      • Animar al emisor a seguir hablando.
      • Anticipar el discurso.
      • Acompañar al discurso con un buen comportamiento verbal.









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