Esta obra del Realismo mágico nos muestra una serie de problemas sociales, políticos y económicos de Guatemala en la década de 1940.
Todo comienza en la plaza de armas de Guatemala, donde se mantenían los pordioseros y entre ellos estaba el Pelele, al cual también le decían el idiota. El Pelele se irritaba cada vez que decían la palabra "madre", y una vez un coronel llamado José Parrales Sonriente lo fue a despertar gritándole esta palabra.
A continuación una parte de lo que trata esta obra:
Los pordioseros se arrastraban por las cocinas del Mercado, en la sombra de la catedral helada, de paso hacia la Plaza de Armas [...].
La noche los reunía al mismo tiempo que a las estrellas. Se juntaban a dormir en el Portal del Señor sin más lao común que la miseria, maldiciendo unos de otros, insultándose a regañadientes con tirria de enemigos que se buscan pleito, riñendo muchas veces a codazos y algunas con tierra y todo, revolcones en los que, tras escupirse, rabiosos, se mordían. Ni almohada ni confianza halló jamás esta familia de parientes del basurero. Se acostaban separados, sin desvestirse, y dormían como ladrones, con la cabeza en el costal de sus riquezas: desperdicios de carne, zapatos rotos, cabos de candela, puños de arroz cocido envueltos de periódicos viejos, naranjas y guineos pasados.
[...] Comidos y con el dinero bajo siete nudos en un pañuelo atado al ombligo, se tiraban al suelo y caían en sueños agitados, tristes, pesadillas por las que veían desfilar cerca de sus ojos cerdos con hambre, mujeres flacas[...] fantasmas de padres que entraban a la catedral en orden a sepultura [...].
A veces, en lo mejor del sueño, les despertaban los gritos de un idiota que se sentía perdido en la Plaza de Armas[...].
一¡Madre!
El Pelele abría los ojos de repente, como el que sueña que rueda en el vacío, dilataba las pupilas más y más, encogiéndose todo él; entraña herida cuando le empezaban a correr las lágrimas; luego se dormía poco a poco, vencido por el sueño[...].
Por el Portal del Señor avanzó un bulto. Los pordioseros se encogieron como gusanos. Al rechino de las botas militares respondía el graznido de un pájaro siniestro en la noche oscura[...].
Solo el Pelele dormía a pierna suelta. El bulto se detuvo -la risa le entorchaba la cara- acercándose al idiota de puntapié y, en son de broma le gritó:
一¡Madre!
No dijo más. Arrancando del suelo por el grito, el Pelele se le fue encima y, sin darle tiempo a que hiciera uso de sus armas, le enterró los dedos en los ojos, le hizo pedazo la nariz y le golpeó las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte[...].
La novela El Señor Presidente ofrece una visión de diferentes personas que viven en una dictadura, desde las que están a favor del presidente hasta las que sufren por los males causados por este. A nivel social y económico se observan estratos sociales diferentes. Al inicio de la obra los mendigos que duermen en el portal, gente con nada que compartir solo su miseria y el lugar de descanso por las noches. Pero a medida avanza la obra, se encuentran familias en mejores condiciones.
El Señor Presidente está inspirada en la figura histórica Manuel Estrada Cabrera, quien fue presidente de Guatemala en el período 1898-1920. Miguel Ángel Asturias presenta la imagen de una ciudad oprimida y dominada por el mal, a través de una dictadura.
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